martes, 25 de febrero de 2014

EL CORONEL SI TIENE QUIEN LE ESCRIBA

25 Feb 2014 02:55 PM PST
thumbnailmanuelmachillandavarelaEl título de este artículo, que sirve más como una Carta Abierta al Jefe de la Rama Ejecutiva del Poder Público Nacional de Venezuela, Nicolás Maduro, aunque se asemeja a aquél de la corta novela del célebre Gabriel García Márquez, no tiene nada que ver ni con un hombre moribundo que ha perdido a su hijo, ni con un gallo, ni con la pensión de un viejo veterano de guerra.

Por el contrario, estas líneas las escribe el hijo de un Coronel, que es Doctorado por una de las mejores universidades del país, que es padre, que es profesor, que es esposo, que es ciudadano y que no necesita de su pensión, pero no por ladrón ni truhán, sino porque desde los 8 años tuvo que salir a trabajar en aquella Venezuela de los 50, para ayudar a mis abuelos a mantener a sus hermanos.

José Heriberto Machillanda Pinto, señor Maduro, nació en Ocumare del Tuy el 5 de Mayo de 1941, se trasladó a Caracas cuando mis abuelos entendieron que en aquella Venezuela —aún rural— sus hijos tendrían menos oportunidades de progresar quedándose en esos valles. Una vez instalado en Sarría comienza a convertirse en citadino y a los pocos años gracias al trabajo de carpintería del “viejo Olivo” —mi abuelo— se mudan a la Candelaria, al callejón Barrilito.

Asiste becado mi padre al Colegio Los Salesianos de La Candelaria y posteriormente culmina su bachillerato en el Liceo Urdaneta para a sus 17 años ingresar a la Academia Militar, que dicho sea de paso NO es ni será la Cuna de la Revolución Bolivariana como algún irresponsable quisiera ahora señalar.

Graduado de sub-teniente lo envían a combatir la guerrilla en el frente del Tocuyo al occidente del país y luego a San Mateo. Gracias a esfuerzos y a mucha sangre de compañeros, superiores y subalternos el Ejército y la Fuerza Armada logran derrotar la Guerrilla Castro- Comunista presente en Venezuela en los años 60. 

Mi padre es Condecorado por el Presidente Raúl Leoni y ascendido como Capitán de la República y sigue su carrera hasta llegar al honroso rango de Coronel del Ejército de Venezuela en 1984.

Es allí Sr. Maduro, cuando cumpliendo órdenes del Comando General del Ejército mi padre es enviado a la Universidad Simón Bolívar y se gradúa con honores en la Maestría en Ciencias Políticas, siendo su tesis de grado Mención: Publicable y edita el primero de sus cinco libros: PODER POLÍTICO Y PODER MILITAR EN VENEZUELA en 1987. 

Lo que debió ser orgullo para el Componente Militar resultó más bien en escándalo, —debido a los señalamientos del ahora autor—, a la inconveniente relación que sostienen la Cúpula Militar y los Partidos Políticos. En ese momento comienza mi padre a hacerse Cientista Político y a desprenderse de la institución que le formó, pero que ahora le castigaba por su éxito intelectual.

Gracias al Plan Gran Mariscal de Ayacucho mi padre es capaz de vivir en los Estados Unidos para comenzar a desarrollar en la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania la que sería su línea de investigación hasta hoy: el estudio de las Relaciones Civiles Militares.

En el año 2000 funge como Profesor Invitado en la Universidad de Cambridge Faculty of History Simon Bolivar Chair del Reino Unido para que continúe su investigación. Permanece allí un lapso de dos años y regresa a Venezuela para obtener su título de Doctor en Ciencia Política de la Universidad Simón Bolívar en 2003.

Mi padre, Sr. Presidente no nació en cuna de oro. Mi padre Sr. Presidente nació humilde y llegó a ser Profesor de una de las mejores Universidades del mundo porque la Democracia que algunos acéfalos hoy denominan la “Cuarta República” brindó oportunidades para que con dignidad, esfuerzo y disciplina los Venezolanos de bien crecieran, se desarrollaran.

Mi Padre, Sr. Maduro, fue maestro del Ex Presidente Chávez, de su Gobernador del Zulia Francisco Arias Cárdenas, de su Gobernador del Táchira José Gregorio Vielma Mora, de su Ministro de Relaciones Exteriores Elías Jaua y de al menos 3500 venezolanos más que sí prestaron atención en clases y que hoy de seguro no forman parte ni de su gabinete, ni de sus gobernadores.

El Coronel José Heriberto Machillanda Pinto, padre, profesor, ciudadano, esposo, Magíster, Doctor y sobre todo Venezolano, a sus 73 años no es ningún viejo como Usted pretende maltratarlo empleando el Castellano con adjetivos calificativos, a sus 73 años asumió el allanamiento —por Usted ordenado y por el SEBIN ejecutado— de su residencia y de su oficina, a sus 73 años sigue dando el ejemplo al levantarse a las 5:00 a.m. no por el tráfico, sino por el sentido del deber con su familia y con la patria que le dio todo.

Yo, a mis 33 años Sr. Presidente tengo mejores recuerdos de la Venezuela en que nací a la Venezuela que veo hoy, pero gracias al Coronel que Usted pretendió maltratar logro entender que la Venezuela que viene después de Usted será mejor, porque hay millones más como “el coronel”, como “el viejo”, y hoy Usted lo vio —mientras se allanaba su casa y su oficina— y los seguirá viendo en las Calles de Venezuela, inclusive cuando la historia le juzgue y lo coloque donde Usted lo merece, porque aun allí los va a seguir viendo.

No me quiero despedir sin hacerle mención de mi madre. Mujer Larense, Guara, severa, valiente como lo es la mujer venezolana que no se relaja ni por el poder ni por el dinero. A mis 2 hermanos y a mis 2 hermanas que son expresión de los líderes emergentes venezolanos que no se rinden y que honran al país con su trabajo.

Sepa Usted que como individuo que transitoriamente detenta la Jefatura de la Rama Ejecutiva del Poder Público Nacional, que los Venezolanos de bien se respetan, que no admitimos envalentonados con armas que nos pisoteen y que le conminamos a que antes de perseguir e intentar amedrentar a los ciudadanos de este país que sí aportan al progreso, se ocupe de una vez por todas de dar respuesta a la crisis económica, a la inseguridad, al desempleo, al desabastecimiento y al resentimiento social que no son producto de la “Cuarta República” , sino que son los verdaderos hijos de Chávez.

Que Dios le ilumine a Usted Sr. Maduro.
Manuel Machillanda Varela
Venezolano

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