Desde 1999, cuando toda la Unión Europea firmó la Declaración de Boloña en la cual se comprometían, para el año 2010, lograr un espacio común europeo que fomentase la movilidad de los alumnos y profesores entre países para adaptarse a los nuevos tiempos con un nuevo estilo de enseñanza como por ejemplo los cursos on-line, los cursos adaptados para que sean más individualizados y reforzados con la tutoría personal bien sea en el cubículo del profesor o por Internet.
También han aparecidos los cursos semipresenciales combinando las horas presénciales con la presencia de grupos en Internet y en aulas virtuales. Los grupos utilizan ahora GOOGLE DOC para trabajar en grupos al mismo tiempo con un documento compartido. Incluso los alumnos que tienen becas de Erasmus participan en cursos de otros países europeos y no necesariamente en el suyo propio, utilizando Internet, el correo electrónico, los blogs, el skype, el webcam, etc..todo ello con la técnica “aprender haciendo”.
Se estudian muchos más carreras como: biomedicina ,informática, tecnología audiovisual, políticas públicas, tecnología educativa, apoyadas por entidades públicas y privadas. Los títulos universitarios tendrán más valor de mercado, según las especialidades y los doctorados serán más trasnacionales y de proyección internacional
Las bibliotecas no solamente prestan libros, sino alquilan Notebooks. Estos cambios son acelerados y ya el 75% de 50 Universidades europeas participan en estos nuevos enfoques de la tecnología educativa.
El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) estará listo completamente para finales del año 2010 y entonces será el momento de estar en presencia de universidades adaptadas a la sociedad del conocimiento del siglo 21, con un mayor rendimiento académico. Será vital aprender otros idiomas y hacer pasantías en empresas o en instituciones del Estado.
Es necesario que estos cambios no sean sólo formales, se necesita un cambio estructural. Los conocimientos científicos y la calidad del docente, basada en sus investigaciones, será igualmente un elemento clave, acompañado con un cambio de mentalidad, mayor responsabilidad y participación de todos los actores.
Todo esto requiere por supuesto de un nuevo enfoque de financiamiento de la educación superior, si se desea una universidad más competitiva, democrática y más adaptadas a las necesidades sociales de cada país.
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