lunes, 29 de septiembre de 2014

Leonardo Padrón reflexiona.






Leonardo Padrón, el hombre de las letras y las palabras precisas, se expresó y acertó como siempre, en uno de sus artículos donde explica la difícil situación que se torna el venezolano a la hora de emigrar al exterior.
Refleja la cruda realidad, la inevitable comparación entre países, convirtiéndose uno en la víctima de recuerdos de lugar donde naciste, y que por las circunstancias más dolorosas tuviste que dejar.
Lee el gran artículo a continuación:
Fragmentos de una montaña rusa
Saldo de dos semanas de vacaciones con mis hijos: un elefante de 2.500 kilos me aplasta contra la cama. Allí ando, bocabajo, la espalda demolida, las articulaciones crujiendo, la billetera en ruinas y una sonrisa de satisfacción que no admite ser desalojada por el tonel de oscuras noticias que signan al país.
Se supone que todo viaje recreacional entraña el descanso como primer mandamiento. Pero un viaje, no importa su naturaleza, es también esfuerzo, ahínco. Cuando sales de tu hogar, sales de ti. Hay un extrañamiento en proceso. Tu rutina queda abolida y entra en juego el vapor de lo distinto. Apenas despertarte, tu mirada entiende que debe acoplarse a otro juego de relaciones con el mundo físico. Incluso si es un espacio conocido. Ya no estás en tu siempre. Los cinco sentidos lo saben.
Vacacionar debería ser también considerado un deporte.
                                                                            ***
Junto con mis hijos, mi pareja, y mis cuñados -regios anfitriones- viajo a Tampa por una carretera que no conoce curvas. La vía es una bala recta sin descanso. Una tempestad va borrando con mano rápida el paisaje. La Bahía de Tampa es denominada la capital de las tormentas eléctricas. Pero aún estamos a tres horas de allí. Conduzco por intuición mientras el cielo lanza una multitud de agua. Los relámpagos dibujan arabescos. Una sensación de vulnerabilidad me invade. Si estuviera en la Autopista Regional del Centro me devolvería. Es lo primero que pienso. Sería imposible sortear los baches y los delincuentes de la ruta. La tormenta dura hora y media y el gran espacio americano no deja de tragar agua. Delante de mí, en una camioneta, van mis cuñados y sus hijos. En su vidrio posterior hay dos palabras pintadas en blanco: “SOS Venezuela”. No han querido borrarlas a pesar de que la efervescencia de la protesta internacional ha cesado. Saben que Venezuela sigue en emergencia. Corrijo: en coma. El camino de Miami a Tampa dura cuatro horas y el paisaje que sigo es ese: una camioneta negra que ondea una frase de auxilio. 
                                                                             ***    
Llegada a Legoland, en Winter Haven, un parque temático basado en los pequeños ladrillos del Lego de mi infancia. Mis hijos se abisman mientras yo recuerdo que gracias a un juego de Lego descubrí el misterio del Niño Jesús. Un sendero nos conduce al mayor alarde del parque: ciudades enteras reproducidas en Lego (New York, Washington, San Francisco, Las Vegas). Pienso en las frágiles construcciones de la Misión Vivienda. Ese desbarajuste de la arquitectura de la prisa. El Niño Jesús: un espejismo entrañable. El Comandante Galáctico: el adjetivo autor de una estafa.
                                                                              ***
Parada en una bomba de gasolina. Mis hijos se asombran con la versatilidad de productos que hay en el local: “¡Aquí hay más comida que en un supermercado venezolano!”. Descuelgo un mohín de resignación. Los apuro en ir al baño. Y el país que se asoma en todas partes. 
                                                                              ***
Próximo destino: Busch Gardens. Trescientos treinta y cinco acres de pura adrenalina. El parque de montañas rusas más salvaje de los Estados Unidos contiene a tres de las mejores del mundo. No es un buen sitio para mí. Hace tiempo renuncié al vahído de las caídas libres y los loops interminables. Las colas para cada roller coaster del verano en Florida son menos largas que las que persisten para comprar un pollo en un Bicentenario. Imposible no asociar cada montaña rusa con la crisis nacional. Sheikra, una de las novedades, posee una caída en picada alarmante. El calor me hace delirar y veo a Rafael Ramírez y Nicolás Maduro en el primer vagón.  Primera bajada: la economía cae en noventa grados, el pueblo lanza alaridos. El vagón sube: la delincuencia remonta. Rodríguez Torres habla de los cuadrantes de seguridad: la morgue colapsa. Otra bajada de pasmo: el dengue ataca, la chikunguya nos rodea, no se consigue Acetaminofén, prohibido decir socorro. Nuevos gritos. El vagón da vuelta en círculos, la Asamblea Nacional también. Nueva bajada, corta, inesperada: el petróleo se desploma, los pasajeros alzan los brazos para atenuar el vértigo. La montaña rusa asoma una O monumental, la oposición anda toda de cabeza. Cheetah Hunt es la mega atracción, te lleva de 0 a 70 millas por hora en segundos. Como el sacudón del dólar negro. Como la debacle económica. Hay giros de todo tipo, emociones fuertes, pies colgando en la nada, aceleraciones endiabladas. El país. Desafiando la gravedad y su ley. 
                                                                               ***
Imagen: veinte monjes tibetanos, ataviados con sus túnicas naranja, hacen cola para una de las montañas rusas más altas. Los maestros de la meditación han decidido conocer, en cambote, la mayor fábrica de gritos del mundo. 
                                                                               ***
 San Petersburgo. La breve ciudad nos regala un domingo pintado por Monet. Parece que hubiéramos llegado a la orilla de la serenidad. No hay mejor antídoto contra el tráfago de gargantas heridas que deja Busch Gardens. La plaza que mira al mar es una postal exacta de la placidez. A pocas cuadras, hay un lugar de peregrinación: El Salvador Dalí Museum,  según muchos, el mejor museo del estado de Florida. Entre óleos y acuarelas están algunas de sus obras cardinales. Los amantes del arte prefieren dar vueltas en esa montaña rusa que era el cerebro de Dalí, el mismo que dijo: “¡No podéis expulsarme porque Yo soy el surrealismo!”
Una ardilla merodea. Constanza, mi hija, pregunta al rompe: “¿Las ardillas tienen riñones?”. Al fondo, la gente se toma fotos al lado de los bigotes gigantes de Dalí. 
                                                               ***
Juan Villoro habla de “los atardeceres líquidos de Turner”. En Clearwater, de cara al Golfo, presencio uno. Lo guardo a doble llave en la memoria. 
                                                               ***
Regreso a Miami. La recta infinita. El graffiti blanco rebota en mis pupilas: “SOS Venezuela”. Durante cuatro horas más.             
                                                               ***
En la playa de Hollywood, Florida, estamos reunidos un grupo de venezolanos. La conversación toca los temas previsibles: ¿estamos cerca de la implosión social?, ¿se debió haber entregado Leopoldo López?, ¿Maduro es así por diseño o por fatalidad? Se acaba el hielo, pero no los temas. Mi hija asoma otra pregunta: “¿Por qué ustedes los adultos siempre están hablando del país?”  Le explico. Y repone: “¿Si el país no estuviera como está de qué hablarían?” Trato de recordar qué conversábamos en otros tiempos. Sólo atino a responderle: “Te aseguro que antes éramos mucho más divertidos”. 
                                                               ***
La vida cabe en dos maletas. Eso ha comprendido un millón y medio de venezolanos en los últimos años. Cuando decides abandonar el país tu vida se reduce a dos simples maletas. No hay espacio para el apego. Sería exceso de equipaje. Sólo fotos: eso que llaman la memoria.
Ya mis hijos, a sus doce años, han iniciado los adioses. A un mes de haber terminado la primaria, Santiago despidió a uno de sus mejores amigos, que ahora vive en Miami. Lo visitamos en Doral. El parque donde nos encontramos posee cuatro canchas de fútbol y cuatro de basket. La grama parece un día de estreno. Dejo a mis hijos allí toda la tarde. Ese día hacen algo que ya no puede realizar ningún niño de clase media en Caracas sin poner en riesgo su vida: montan bicicleta. La infancia, como era antes.   
                                                               ***
Una gran amiga me envía una foto por whatsapp. Es una imagen de cajas embaladas. “Me regreso a Venezuela”, escribe. En mitad del éxodo feroz de venezolanos, alguien decide comerse la flecha. No pudo digerir el desarraigo. 
                                                               ***
“Los adultos desperdician las ventanas”, dice mi hijo en el avión de regreso. Tiene razón. Los niños saben volar mejor que los adultos. Le consagramos poco tiempo al idioma de las nubes. En mi caso, los aviones se han convertido en mi mejor salón de lectura. Es improbable ser interrumpido por el mundo exterior. Santiago pregunta por qué subrayo frases en el libro que leo, un texto estupendo -Los Ejércitos- del colombiano Evelio Rosero. Por la manera en que están dichas ciertas cosas, apunto. Por la belleza o la revelación. Y le leo algo. Sonríe. Descubre que es cierto. En una línea se habla de un silencio amarillo. A veces tiene color el silencio, eso descubre.
Entonces nos callamos. Y me pongo a ver la nada por la ventanilla del avión. Trato de volar como él. 
                                                               ***
El avión de Santa Bárbara despegó a la hora prevista. Los pronósticos eran desalentadores pues el día anterior, el mismo vuelo (10:15 pm) fue aplazado para el día siguiente (8:00 am). A la tripulación se le nota el milagro en la cara. Una azafata -con sorna- me dice que debería entrevistarlos para Los Imposibles: “Imposible que Santa Bárbara salga a tiempo”. Aterrizamos a la 1:30 am. Luego del trámite de inmigración se activa un misterio recurrente: la demora de las maletas. Siempre tardan más en viajar que sus dueños. Comienzan las rudas diferencias entre el primer mundo y la patria, patriaaa, patria queridaaaa! Nadie sabe por cuál correa llegará el equipaje. Las cinco máquinas están inertes, dormidas. Las pantallas de información apagadas. Allí aún no ha llegado la noticia de que el vuelo aterrizó. La gente se esparce, busca adivinar, elige una correa o la otra, es como jugar lotería. Los pasajeros se disputan los pocos carritos para cargar el equipaje. Interactúan para hacer más llevadero el cansancio. Alguien lanza el comentario temido: “Abajo deben estar haciendo fiesta con las maletas”. Ese “abajo” es otro misterio. El ruego colectivo es que el equipaje aparezca completo.
Nadie entiende por qué la línea aérea nacional tiene un vuelo de regreso de Miami a las diez de la noche. Lo que te lleva a salir del aeropuerto de Maiquetía a las tres de la madrugada. Un horario suicida para subir a Caracas. Lo que viene, nadie lo sabe. Quizás mañana sea un día normal donde puedas ironizar sobre el cansancio de las vacaciones. O no. Quizás la muerte te esté esperando en cualquier curva para decirte bienvenido.
En Florida abundan las montañas rusas. En Venezuela también, pero no son un divertimento, sino vértigo existencial. La vuelta a la patria emociona y asusta. Cada noticia es una caída en 90 grados. Somos los fragmentos de un sobresalto interminable.
Leonardo Padrón

Enseñanza y Psicologìa

Para aprender Inglés de forma fácil

domingo, 28 de septiembre de 2014

Entrevista con José Vicente Carrasquero (USB)

José Vicente Carrasquero: Maduro es como un padre irresponsable que prefiere pagar la tarjeta de crédito que comprar comida

27 Septiembre, 2014
jose_vicente_carraquero_cortesia_el_impulsoEnrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 27 sep 2014.- El presidente Nicolás Maduro hace alarde de que tiene la botija llena y que puede pagar los compromisos internacionales de deuda soberana pero no dice que no tiene dólares para importar alimentos.
Así lo dice el politólogo José Vicente Carrasquero en esta segunda parte de la entrevista conNoticiero Digital.
Está claro que la unidad no es garantía de triunfo y que falta algo más. Hasta ahora la MUD no le ha dado a la ciudadanía una respuesta efectiva en ese sentido. ¿No le parece?
-El problema es que ellos no asumen. Si tú te metes en la página Web de la MUD te encontrarás que allí hay unas propuestas; que hay unos lineamientos sobre la forma de hacer las cosas; pero ninguno de ellos la asume. Y no lo asumen porque no creen en eso. Ellos creen que es mejor de alguna forma mantener las política de los controles.
¿Por qué usted ha dicho que Jorge Giordani ha sido la gran maldición de Venezuela? Según la carta que él escribió a raíz de su salida, si lo hubieran dejado tener el control de todo se hubieran resuelto los problemas económicos. ¿No le parece que le falta el respeto al ex ministro Giordani con esa expresión?
-¡Gracias a Dios que no lo dejaron! Porque hubiese sido mucho peor. Giordani es un electricista. El no tiene ningún otro tipo de conocimiento; no tiene ningún otro tipo de formación. Entonces, tú no le puedes dejar la economía a una persona que no entiende el concepto de inflación. Tú no le puedes dar la economía a una persona que dice que Venezuela tiene todos los dólares que necesita, porque le entran 90 mil millones de dólares al año.
-Cuando tú le dices a tus compatriotas que te ingresa esa cantidad al año, tú les estás diciendo que a cada uno de ellos le toca una parte: tres mil dólares al año. ¡Eso es miseria! Tú no le puedes decir a la gente que tiene que vivir con menos de diez dólares diarios. Todo eso era lo que decía Giordani. ¿Tú crees que Giordani se daba cuenta?
-¿Tú crees que Giordani entiende el índice de Gini? Cuba tiene el mejor índice de Gini porque es que todos son pobres y el índice de Gini en Venezuela mejoró, pero es porque nos empobrecieron. No es porque tú agarraste y llevaste a la gente cercana a los ricos; sino, al contrario, porque tú agarraste a los ricos y los trajiste cercanos a los pobres. ¿Tú crees que Giordani entiende eso?
El mejoramiento de ese récord Gini en Venezuela es una bandera que saca mucho el oficialismo, ¿no?
-Sí, porque es que tú aquí aplastaste a la clase media y por eso te da que se redujo la diferencia entre las clases sociales.
¿Usted no cree fue muy feroz el artículo que escribió Ricardo Hausmann como lo hizo ver el presidente Nicolás Maduro – artículo que impactó en los bonos venezolanos que se fueron a la baja?
-Maduro en este caso lo que hizo fue huir hacia delante en esto que estamos discutiendo. Porque no se explica que tú hagas alarde de que tienes la botija llena y de que vas a preferir pagar la tarjeta de crédito, porque en una forma irresponsable te gastaste todo el dinero, sobregirándote incluso, y no comprar la comida de la familia.
-Porque eso es lo que está pasando y eso es lo que le dice Hausmann: que después de que se endeudó al país ahora resulta que no se pueden financiar las importaciones porque no hay dólares, con un aparato productivo quebrado y los recursos que hay, están destinados al pago de los bonos de la deuda que se vencen este año.
¿Qué balance tiene usted de la obra que han dejado los gobiernos militaristas y los gobiernos civilistas?
-Lamentablemente, Bolívar dijo un día que Venezuela era una especie de cuartel, y parece que la pegó. A los venezolanos les encanta una cachucha. Ahora mismo se está creando un frente pro-perezjimenizta con el argumento de que bajo el régimen de Pérez Jiménez se vivía mejor, y esta gente olvida que en esa época había persecución política, había censura; que nosotros en la República civil no lo padecimos; pero que la gente se queja de que con este gobierno sí se sufre.
-Yo creo que el esfuerzo que tiene que hacer Venezuela es imponer la sociedad civil por encima de todo; inclusive por encima del Estado. Porque en política clásica el Estado se da por un acuerdo de la sociedad civil. El Estado es una cuestión que está separada. Pero que se debe a esa sociedad civil. Porque para eso existe. El Estado existe para estar al servicio del ciudadano.
Usted ha dicho que en Venezuela vivimos como en una especie de “ciudad gótica sin Batman”. ¿Pudiera ilustrar esta idea?
-Para decir eso yo me baso en una película de Batman (“Batman inicia”, con Christian Bale) en donde el tipo desaparece. Sufre de una crisis existencial y entonces tiene que abandonar “ciudad gótica”; que es cuando unos malandros aparecen y se la apropian. Se hacen dueños de “ciudad gótica”. Eso es lo que le pasa a Venezuela: está en manos de una mafia.
-Por todas partes tú encuentras una mafia: la mafia de los dólares; la mafia del tipo que te importa café instantáneo y te lo vende a un precio muy especulativo, con respecto a su valor en el extranjero; la mafia del tipo de los pañales. Los privilegiados de Cadivi, y que te especulan con el dólar.
¿Eso es lo que lleva a decir al economista Francisco Rodríguez a decir que aquí se están regalando los dólares?
-Sí, lo han dicho varios voceros. Si yo te ofrezco a ti un millón de dólares a 6,30, tú eres capaz hasta de vender a tu propia madre para obtenerlos ya que si te pones a sacar la cuenta con respecto a su valor en el mercado negro, esos 6 mil 300 millones de bolívares se te van a transformar en 99 mil millones de bolívares. Eso es una locura. Eso no puede ser.
-Hay que leer a un autor alemán de nombre Jürgen Habermas. Él dice que tú no puedes tener un socialismo sin un capitalismo fuerte. Tú no puedes tener una sociedad de bienestar sin una cantidad de compañías que te generen riqueza, para poder financiar dicha sociedad. Pero como en Venezuela tenemos petróleo, entonces descuidamos esta parte.

UN ESPACIO PARA APRENDER

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA (España)

http://uonline.es/gracias.php

Vamos a ver que nos ofrece este Universidad Española


El físico Stephen Hawking y sus investigaciones

El físico Stephen Hawking ha dicho este sábado que el gran avance tecnológico que quisiera ver en los próximos cien años es la fusión nuclear porque con ella se resolvería el problema energético del planeta y nos salvaríamos de los gases de efecto invernaderos.
Stephen Hawking dio esta respuesta a una de las preguntas elegidas por el Festival Starmus, que desde el lunes une en Canarias ciencia, música y arte y que hoy ha sido clausurado con una conferencia del físico británico.
Hawking, que cuando le dieron a elegir entre viajar al Big Bang o hacia el futuro eligió la segunda elección porque, indicó, ya se sabe lo que ocurrió en el pasado, manifestó que tal vez haya planetas semejantes a la Tierra pero no cree en la existencia de ovnis.
Tampoco cree Stephen Hawking que haya una conspiración del gobierno de Estados Unidos para ocultar las pruebas de que existen los ovnis y así quedarse con toda la tecnología alienígena. El físico ya aseguró la semana pasada en una entrevista a El Mundo que "no existe ningún dios" y que "los milagros no son compatibles con la ciencia".
"No sabemos cómo surgió la vida por primera vez, pero tenemos fósiles de solo 500 millones de años, así que la vida apareció en cuanto pudo. Descarto los ovnis, y no creo que haya una conspiración de Estados Unidos para ocultar las pruebas y quedarse con toda la tecnología alienígena", ha explicado.
En respuesta a otro ganador del concurso de preguntas, Stephen Hawking indicó este sábado que cuanto más se descubre más misterios hay, por lo que no cree que alguna vez se acaben las investigaciones, y explicó que en su campo, la física fundamental y la cosmología no se comprenden las implicaciones de la teoría de las cuerdas, y ni siquiera se sabe si es correcta.
AGUJEROS NEGROS NO TAN NEGROS
Stephen Hawking también ironizó y envió el mensaje de que los agujeros negros no son tan negros como los pintan y se puede salir de ellos, tanto hacia el exterior como posiblemente en otro universo, por lo que dijo que si alguien siente que está en un agujero negro no debe rendirse porque hay salida.
Durante su charla sobre los agujeros negros Stephen Hawking señaló que los agujeros negros tienen un borde, el llamado horizonte de eventos, a partir del cual no hay marcha atrás y se cae hacia él.
Hawking habló asimismo de que en aplicación de la mecánica cuántica, si una partícula cae en un agujero negro su pareja puede caer también o no, y en el segundo caso es lo que da lugar a la radiación que emiten los agujeros negros.
La antipartícula que cae al agujero negro se puede considerar como una partícula que está viajando hacia el pasado, comentó Hawking.
Agregó que cuando una partícula cae en un agujero negro podría perderse la información, lo cual sería grave pues durante los últimos doscientos años hemos creído en el determinismo científico.
Hawking mencionó a Laplace, quien dijo que si se conoce el estado Universo en un instante las leyes de la ciencia lo determinarán en el futuro, y opinó que Laplace no dijo que dios no existía sino que no interviene para romper las leyes de la ciencia y esa, agregó, debe ser la posición de todo científico.
El físico británico señaló que según Laplace se necesita conocer la posición y la velocidad de todas las partículas en todo instante para poder predecir el futuro, pero según el principio de incertidumbre cuanto más exactamente se conozca la posición tanto menos exactamente se pueden saber las velocidades, y viceversa.
¿PREDECIR EL FUTURO?
Entonces, preguntó Hawking, cómo se puede predecir el futuro de manera precisa, y respondió que se puede predecir el estado cuántico, algo a partir de lo cual se puede calcular tanto la velocidad como la posición con alta precisión.
Para Stephen Hawking, si el determinismo falla con los agujeros negros puede fallar en otras cuestiones.
Indicó que desde el exterior de un agujero negro no se puede estar seguro de si existe o no, con lo que siempre cabe la posibilidad de que no existan.
Pero también preguntó si es posible caer en un agujero negro y salir en otro universo, y replicó que en ese caso debería tener un pasillo hacia el otro universo, pero no se podría volver.

sábado, 27 de septiembre de 2014

La Hipertensión y la Sal (n0 hay conclusiones seguras)






La hipertensión arterial es el factor de riesgo más común en relación a la enfermedad cardiovascular y la muerte.

A nivel mundial, se estima que más de 1,0 millones de adultos tienen hipertensión, que esta cifra se proyecta para subir a 1,5 millones en el año 2025, y que las cuentas de la hipertensión supone más de 9 millones de muertes anualmente.

Debido a su alta prevalencia y la morbilidad y mortalidad relacionadas, los enfoques de población a reducir la presión arterial, por lo que la carga de la enfermedad cardiovascular, se han recomendado. Entre estas estrategias, la reducción del sodio en la dieta y, en menor medida, el aumento de potasio en la dieta se han incluido en muchas directrices para el tratamiento de la hipertensión y la prevención de la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, estudios recientes han planteado preguntas sobre los posibles efectos adversos asociados a la ingesta baja de sodio en los resultados importantes de salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares y muerte.

En respuesta a la controversia acerca de los efectos sobre la salud de la ingesta baja de sodio, el Instituto de Medicina convocó a un comité de expertos para evaluar la evidencia de una relación entre el sodio y la salud. 

El comité concluyó que la mayor evidencia apoya una relación positiva entre el alto contenido de sodio ingesta y el riesgo de enfermedad cardiovascular, pero que los resultados de los estudios con relación a los resultados de salud no fueron suficientes para concluir sobre la ingesta baja de sodio.

El comité encontró limitadas pruebas de que la baja ingesta de sal puede estar asociada con efectos adversos para la salud en algunos subgrupos, incluidos algunos pacientes con insuficiencia cardíaca u otras formas de enfermedad cardiovascular, diabetes o enfermedad renal crónica.

Los resultados de tres estudios, publicados en el número de la Revista, se apoyan sobre este asunto.

El Estudio llamado Prospectiva Urbana Rural Epidemiología (PURE) proporciona nueva evidencia sobre la asociación entre la ingesta de sodio y potasio, que se calcula a partir de muestras de orina tomada en la mañana, y la presión de la sangre, la muerte, y la importante eventos cardiovascular.

El procedimiento para estimar la excreción de electrolitos fue validado en otros lugares y el estudio PURE incluyó que más de 100.000 adultos de la muestra de la población general de 17 países varió según el desarrollo económico y la aculturación de un estilo de vida urbano.

Aproximadamente el 90% de los participantes tenía ya sea una  alta ingesta de sodio (5,99 g por día) o en todo caso una cantidad moderada (3,00-5,99 g por día) de excreción de sodio; aproximadamente el 10% se excreta menos de 3,00 g por día, y sólo el 4% tienen a la excreción de sodio en los márgenes correspondientes a las directrices actuales para la ingesta de sodio (2,3 ó 1,5 g por día).

A través de esta amplia gama de poblaciones, la relación entre la excreción de sodio y la presión arterial fue positiva,  pero no uniforme: era fuerte en los participantes con la excreción alta de sodio, y modesto en aquellos en el rango moderado, y no hubo un dato significativo en aquellos con la excreción de sodio baja.

Los autores llegaron a la conclusión con sus resultados que una proporción muy pequeña de la población mundial consume una dieta baja en sodio y que la ingesta de sodio no está relacionado con la presión arterial en esas personas, poniendo en duda la viabilidad y la utilidad de la reducción de sodio en la dieta como en la población, estrategia basada para la reducción de la presión arterial.

También hubo una interacción entre excreción de sodio y la excreción de potasio: la excreción de sodio alta fue más fuertemente asociado con el aumento de la presión arterial en las personas con la excreción de potasio inferior.

Los autores sugirieron que el enfoque alternativo de recomendar una alta dieta ricas en potasio pueden lograr mayores beneficios para la salud, incluida la reducción de la presión arterial, que la reducción solo de sodio. Después de una media de 3,7 años de seguimiento, el resultado compuesto de muerte y eventos cardiovasculares se produjo en 3317 participantes (3,3%). En comparación con los que tenían un nivel moderado de la excreción de sodio,  y los que tienen un nivel de excreción de sodio mayor o menor tenían un mayor riesgo de resultados de la enfermedad cardiovascular.

Los autores trataron de descartar la confusión residual o invertir la causalidad como explicación de sus resultados al mostrar que los participantes con un bajo nivel de excreción de sodio tenían una media puntuación de riesgo modificable  similar y mayor ingesta de frutas y verduras, en comparación con aquellos con un moderado nivel de excreción de sodio, y que más del 90% de la cohorte estaba libre de enfermedad cardiovascular antecedente.

Los resultados no fueron alterados por la exclusión de las participantes con enfermedad cardiovascular previa, cáncer, o el uso de la medicación de la presión arterial, por la exclusión de eventos de resultado que se producen en los primeros 2 años de observación, o por el ajuste de todos los factores de confusión identificables.

Las principales debilidades del estudio PURE, inherentes a su diseño del estudio y el alcance, incluyen la ausencia de mediciones directas de las 24 horas de la excreción urinaria en múltiples ocasiones, que es el modelo aceptado para evaluar la ingesta de electrolitos, y la falta de un componente de intervención a evaluar los efectos directos de la alteración de ingesta de sodio y de potasio sobre la presión arterial y los resultados de la enfermedad cardiovascular, por lo que es imposible establecer la causalidad.

Sin embargo, este estudio proporciona evidencia de que los niveles altos y bajos de la excreción de sodio pueden estar asociados con un mayor riesgo de muerte y con los resultados de la enfermedad cardiovascular y que el aumento de la excreción urinaria de potasio contrarresta el efecto adverso de la excreción alta de sodio.

Estos hallazgos exigen un mejor  resultado aleatorio y controlado para poder comparar la ingesta reducida de sodio con la dieta habitual. A falta de tal prueba, los resultados argumentan en contra de la reducción de sodio en la dieta, como un hecho aislado de la salud pública.

Los autores del artículo tercero, de la Carga Global de Enfermedades Nutrición y Enfermedades Crónicas Grupo de Expertos ,  utilizaron técnicas de modelización para estimar el consumo de sodio global y su efecto sobre la mortalidad por asuntos cardiovascular .

Los investigadores cuantificaron la ingesta de sodio mundial sobre la base de encuestas publicadas en 66 países y se utilizó un modelo jerárquico bayesiano para estimar el consumo de sodio global.

Luego calcularon los efectos del sodio sobre la presión arterial en un meta-análisis de 107 estudios publicados y estimaron los efectos de la presión arterial sistólica en la mortalidad cardiovascular, mediante la combinación de los resultados de dos proyectos internacionales que incluían datos a nivel individual.

Ellos encontraron una fuerte relación lineal entre el consumo de sodio y los eventos cardiovasculares y entonces  se estimó que 1,65 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en el año 2010 fueron atribuibles al consumo de sodio en exceso.

Los investigadores deben ser reconocidos por du esfuerzo hercúleo en cuanto a la síntesis de una gran cantidad de datos en relación con el daño potencial de exceso de consumo de sal. Sin embargo, dadas las numerosas suposiciones necesarias por la falta de datos de alta calidad, se debe tener cuidado en la interpretación de los resultados del estudio. En conjunto, estos tres artículos ponen de relieve la necesidad de recolectar más evidencias de alta calidad sobre los riesgos y los beneficios de las dietas bajas en sodio.

ACTUALIDAD EN ALEMANIA

viernes, 26 de septiembre de 2014

EL BLOG DE JOSE VICENTE CARRASQUERO (USB)

PANORAMICA, para ver y bajar

VENEZUELA Y EL CONSEJO DE SEGURIDAD de NU



Un grupo de congresistas estadounidenses solicitó al secretario de Estado de EE.UU. y a la embajadora ante las Naciones Unidas oponerse a la candidatura de Venezuela para un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad.
La congresista Ileana Ros-Lehtinen (R-FL), presidenta del Subcomité del Medio Oriente y África del Norte de la Casa de Representantes, lideró la iniciativa emplazando a John Kerry y a la embajadora Samantha Power a evitar que Venezuela ocupe un lugar en el foro donde se discuten los desafíos en seguridad a nivel global.
“No debe haber lugar para Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU. Nicolás Maduro y su régimen han sido la causa de la inestabilidad en Venezuela y la región del hemisferio occidental y permitir un lugar en el Consejo de Seguridad va a legitimar y envalentonar a este régimen brutal”, dijo Ros-Lehtinen en un comunicado.
De ocurrir, Venezuela abogará por “sus aliados como Siria, Irán y Cuba en un momento en que necesitamos un enfoque unificado para hacer frente a estos desafíos”, agregó.
La iniciativa fue respaldada por Ros-Lehtinen, Debbie Wasserman Schultz (D-FL), Mario Díaz-Balart (R-FL), Ted Deutch (D-FL), Matt Salmon (R-AZ), Albio Sires (D-NJ) , Chris Smith (R-NJ), Joe García (D-FL), Michael McCaul (R-TX), Patrick Murphy (D-FL), Gus Bilirakis (R-FL), Ron DeSantis (R-FL), Ted Yoho (R-FL) y Sean Duffy (R-WI).

“El presidente Obama debe oponerse a la candidatura de Venezuela”, continuó Ros-Lehtinen, emplazando a Kerry y a Power a “usar todo el peso, la diplomacia y la fuerza de sus cargos para instar a otras naciones a unirse a EE.UU. a votar en contra y derrotar esta maniobra del régimen de Maduro”. 
Por su parte, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo esta semana contar con el apoyo de los países latinoamericanos para ser parte del Consejo de Seguridad.

EDITORIAL DEL DIARIO EL NACIONAL

EL NACIONAL

Sillones Vacíos

La presencia de los jefes de Estado durante la Asamblea General de las Naciones Unidas ha sido siempre una gran oportunidad para expresar cara al mundo la visión de sus gobiernos con relación a las coyunturas internacionales, su compromiso con la paz, el respeto por los derechos humanos, su firme compromiso con el multilateralismo y con el fortalecimiento del sistema de las Naciones Unidas.

Equivocadamente, y desde hace varios años, nuestros dos últimos presidentes han creído que esta plataforma sirve más como un escenario político para la confrontación y la denuncia de los males que aquejan a la comunidad internacional y para hacer una ridícula arenga contra Estados Unidos. 

Lamentablemente, poco esfuerzo han hecho para ofrecer soluciones al mundo que reflejen, además, cierta coherencia con las políticas internas que están desarrollando en su propio país. 

Los pocos diplomáticos que se sentaron a escuchar al jefe del Estado venezolano esperaban una posición más fresca, más de avanzada, menos amenazante y llena de desplantes, menos parecida a la de su antecesor que usó la ONU para  engolosinarse insultando al presidente del país anfitrión y sede de la organización.

El canciller Ramírez, quien seguramente reclamó a su embajador y representante permanente su incapacidad para que durante la  intervención del presidente se lograra una sala relativamente asistida aunque fuese de diplomáticos de bajo rango, tuvo que conformarse con la ausencia de las delegaciones del tercer mundo, a diferencia de los llenos que producen los representantes de los viejos imperios y de nuestros vecinos como Brasil y Colombia, a los que el mundo sí les interesa saber que piensan.

De allí que la mamadera de gallo popular de inmediato divulgó que el presidente en su saludo a la Cumbre del Clima se refirió a “sillones y sillonas”, ante tan notoria ausencia de delegados.

Los estrategas de la Cancillería mal aconsejaron cuando, una vez más, le recomendaron que izara la vieja arenga de recordar el bloqueo a Cuba, tema que se ha convertido en el lenguaje de la ONU en un “non issue”, pues Estados Unidos, Israel y las islas Marshall siguen siendo los únicos países que votan en contra de las cientos de resoluciones que condenan tan inoperante política.

Pedir por la democratización de las Naciones Unidas es legítimo, pero se pierde su efecto cuando el país que lo pide se caracteriza por un alto déficit democrático, por el encarcelamiento de decenas de estudiantes y por la matanza de 43 ciudadanos que ejercían su derecho a la protesta pública.

Los venezolanos que siguieron por televisión los discursos del presidente se preguntaron por qué si queremos un planeta descontaminado, criticamos la economía verde y aquí, en Venezuela, violamos las normas de protección ambiental y contaminamos a granel, como lo corroboran las pailas de coque acumuladas entre Puerto La Cruz y  Puerto Píritu. Faltó la señora Faría bañándose en el río Guaire como una prueba contundente.

jueves, 25 de septiembre de 2014

QUIEN FUE Y QUIEN ES

Entrevista a Jesús ‘Chúo’ Torrealba; por Milagros Socorro
Por Milagros Socorro | 25 de septiembre, 2014
Me llamo Chúo Torrealba
Entrevista a Jesús 'Chuo' Torrealba; por Milagros Socorro 640
Chúo Torrealba dedica a la política ¿el día entero?, ¿casi toda su vida?,
pero dice que no milita porque sabe por experiencia que en los partidos
se pierde mucho tiempo “en la maraña interna de las organizaciones”.
¿De dónde salió usted?
Vengo del 23 de enero y de Caricuao. Vengo de mis preciosos viejos,
Laureano Torrealba y Marina Rodríguez. Papá se vino caminando
desde Güiripa a Caracas para hacerse obrero. Hizo mil cosas
hasta que fue a parar a la industria metalmecánica. Fue contactado
por el Partido Comunista
de Venezuela, que alguna vez fue una organización de impecables
credenciales democráticas obtenidas en la lucha contra Gómez
y Pérez Jiménez, y junto con
Acción Democrática eran las fuerzas fundamentales contra las
dictaduras. A ese PCV se incorpora Laureano Torrealba, donde
llegó a ser secretario sindical nacional y miembro del buró político
del PCV, junto a sindicalistas como Eloy Torres, Cruz Villegas
y Carlos Arturo Pardo.
Y Marina venía de Aroa. Su padre, mi abuelo, trabajaba en las minas que
alguna vez fueron del Libertador. Estuvo allí hasta que las minas dejaron
de producir. Entonces se marchó con su familia a Cocorote y allí se dedicó
a la agricultura, que no daba lo suficiente para mantener a 11 hijos.
Los mayores empezaron a irse a Caracas para trabajar y ayudar a
los que venían detrás. Mi madre era la segunda. Vino y consiguió trabajo
en la industria textil, concretamente en la Textilera Lanex.
Hacía casimires. Allí se hizo defensora de sus compañeras obreras
y terminó siendo dirigente sindical. Ahí también es contactada
por el PCV y se transforma en dirigente comunista. Soy, pues,
hijo de la lucha política, porque en ella se conocieron mis padres y en ella crecí.
¿Cómo resumiría sus años de infancia y primera juventud?
Yo nací en 1958. Clandestinidad, persecución de la Seguridad Nacional.
Prisión y exilio de papá. Lo sacaban del país y se regresaba hasta
nadando. Mis padres separados por esas circunstancias, se
reencuentran al final de la dictadura. Luego vino la errada decisión
del PCV de ir a la guerrilla, con la que los dirigentes obreros no estaban
de acuerdo, pero que acataron con disciplina. Vuelta a la persecución.
Nos mudamos muchas veces. Vivimos en sitios que ni recuerdo,
pero sí sé que en Ciudad Bolívar casi morimos mi mamá y yo por el
hambre y el calor. Nos dio una anemia que casi nos mata. Terminamos
en Valencia, donde mi mamá tenía familia que nos dio apoyo y solidaridad.
Vivíamos en uno de los barrios del sur de Valencia, un lugar muy duro,
muy precario. En el año 68 regresamos a Caracas, porque el partido
movió a papá para que participara en el UPA (Unión Para Avanzar),
pero ya ese es otro cuento…
¿Qué le queda de esos años duros?
Un gran respeto por la gente, por lo solidaria que sé que puede ser; por
aquel venezolano que decía con orgullo que era pobre pero honrado y
que tenía la certeza de que a punta de estudio, esfuerzo y trabajo podía
salir adelante. Me dejó una solidaridad a prueba de bomba con los
presos políticos. Yo, que recuero lo que era ir a visitar a mi papá en
los calabozos de la Digepol, no puedo ver una foto de Simonovis
sin estremecerme.
Me queda la certeza de que uno tiene que hacer lo que buenamente
cree que tiene que hacer por su país y por lo que cree.
No hablo de abstracciones sino de privaciones y de riesgos.
Me queda saber que mi primo Ramón era obrero de la General Motor,
con su salario de obrero especializado levantó 9 hijos y el que quiso
estudiar lo hizo y el que quiso estudiar en la UCV se graduó. Y muchos
pasaron de barrios en el oeste a urbanizaciones este de Caracas.
Movilidad social y movilidad urbana del oeste al este. No necesito
estudiar Sociología para saber esto. Yo lo viví con mi familia.
Y me queda la certeza de que el cemento que mantiene unida a una familia
es el amor. Yo tuve esa estructura. El resentimiento es cemento
para mantener unida una pandilla.
Su programa Radar de los Barrios salió de la pantalla cuando la planta 
que lo transmitía fue adquirida por empresarios de quienes se 
dice que son miembros de la boliburguesía. ¿Tiene algún comentario 
para esto?
No. La salida de nuestros programas de la pantalla de Globovisión es
una oportunidad para seguir creciendo, para seguir reinventándonos.
De hecho, el Radar de los Barrios se está reconvirtiendo para
dar paso a dos nuevas estructuras de servicio público: Una Agencia
Comunitaria de Noticias y una Universidad Comunitaria, que serán
nuestro regalo a Venezuela en el 2014
¿Cómo llega al periodismo?
Yo siempre había querido aprender cosas para aprender y comunicar,
por eso estudié Historia en el Pedagógico de Caracas. En 1973 me separé
del PCV y luego me vinculé al MAD y en 1984 me fui de todo eso.
Dejé de respetar lo que estaba haciendo. Entonces, como también
cuestionaba que los profesores de izquierda usaran el aula como
extensión de sus arengas ideológicas, dejé la cátedra. Y en 1986 entré
a la UCV a estudiar Comunicación Social.
Mi primera incursión es en el periodismo institucional. En el 90, un amigo
a quien habían nombrado jefe de Publicidad del Censo, me contrata.
Este amigo se retira y quedo yo en el cargo. En la entonces llamada
Oficina Central de Estadísticas e Informática empecé a interactuar
con la data estadística de este país. Me di cuenta de que cosas que
yo venía repitiendo eran inexactitudes o meras falsedades. Conozco,
por ejemplo, que el porcentaje de población venezolana que tenía acceso
a agua potable era superior al 90%, solo superado en la región por Costa Rica.
Descubro que la expectativa de vida del venezolano había crecido notablemente,
que los niños nacían con mucho más peso y talla y que los viejos morían
mucho más tarde que en los años de la dictadura; y comprendí, a la vista
de los indicadores, que todo ese incremento no solo en la expectativa sino
en la calidad de vida de los venezolanos había ocurrido porque en los
tempranos años 60 la democracia venezolana había desarrollado
cuatro políticas fundamentales: una política petrolera nacionalista; la
política de sustitución de importaciones; la democratización de la
educación preservando su calidad; y la política sanitaria, que convirtió
a muchos hospitales venezolanos en centros de referencia internacional.
De resto trabajé en publicidad; brindé asesoría comunicacional a proyectos
de políticas públicas en diversas áreas; fui asesor comunicacional
de un gran ministro de Educación, como lo fue Antonio Luis Cárdenas
Colmenter; también presté apoyo comunicacional al proyecto de habilitación
integral de barrios, liderado desde el CONAVI por Josefina Baldó y
Federico Villanueva.
Desde el año 2005 dirijo y conduzco el Radar de los Barrios por Radio Caracas Radio;
desde 2007 y hasta 2013 produzco, dirijo y conduzco su versión en TV;
y desde 2009 hasta agosto del 2013 hago lo mismo en Del Dicho Al Hecho.
Mantengo una página dominical en el diario La Voz y hacemos
activismo ciudadano en el mundo 2.0 a través de nuestro blog y nuestra
presencia en Twitter
Desde su perspectiva, ¿qué pasó el 8D, día de las más recientes 
elecciones municipales?
El 8D el pueblo venezolano insistió en utilizar el arma del hombre libre: el voto
como mecanismo para dirimir diferencias y construir convivencia, a
pesar de que esta cita electoral se produjo en medio de una inmensa crisis
económica y de una ola de violencia social estimulada directamente por el gobierno.
A pesar de las brutales provocaciones del oficialismo, -y de los cantos
de sirena de reducidos grupitos que dicen que “estos comunistas no salen con votos”-,
 el pueblo venezolano salió a votar. Una participación del 58 % es
muy importante en una elección municipal, en Venezuela y en todas partes.
Eso es lo primero que hay que registrar.
Lo segundo es que continuó el descenso electoral del proyecto totalitario:
En el 2007 el oficialismo perdió el referendo constitucional; en 2008
perdió muchas de las alcaldías y gobernaciones más importantes;
en 2010 perdió en el voto popular en las elecciones parlamentarias;
en las presidenciales del
2012, la votación opositora se incrementó en dos millones de votos
y redujo a la mitad la ventaja que Chávez le había sacado en las
presidenciales anteriores; en las presidenciales del 2013 esa ventaja, de apenas
8 puntos, se redujo prácticamente a cero.
Pues bien, de las elecciones del 8D, el oficialismo sale con menos
alcaldías y concejales, mientras la Unidad Democrática emerge
con muchas más alcaldías (75, cuando antes controlaba más o menos 50)
y muchísimos más concejales (900, antes tenía unos 300).
Eso sin contar con que en las alcaldías gobernadas por la oposición
vive más del 63% del país…
El comportamiento del liderazgo y del electorado, ¿qué le permite 
augurar para el futuro inmediato?
El mandato del electorado al país político ha sido claro: Convivan,
conversen, pónganse de acuerdo. El 8D el oficialismo se graduó de
minoría, pero es una minoría muy grande; también ese día el país
no oficialista se graduó de mayoría, pero una mayoría aun no
suficientemente cohesionada.
Un país donde el oficialismo tiene el 48% y las fuerzas distintas al oficialismo
suman el 52% es una sociedad obligada a entenderse. Así lo confirman
muchísimas alcaldías, como las de Barquisimeto y La Victoria, donde
el alcalde es de un bloque político y la mayoría de la cámara municipal, de otro.
El pueblo les ha dicho: “¡Entiéndase!”. Si el mensaje hubiera sido “¡Mátense!”,
no hubiera usado el voto.
Las reacciones del país político han sido hasta ahora de distinto signo: Capriles,
la misma madrugada del domingo 8 para el lunes 9, llamó al necesario
diálogo nacional en beneficio del pueblo. Por su parte, el bicéfalo liderazgo
gobiernero (Maduro-Cabello) ha gastado tiempo, saliva y energía desestimando
el logro
opositor y tratando de explicar el 8D como un supuesto triunfo oficialista,
sin entender que con las victorias ocurre lo mismo que con los chistes:
si tienes que explicarlo es porque no funciona.
¿Qué evaluación hace usted de las siguientes figuras: Henrique 
Capriles Radonski, Nicolás Maduro, Ramón Guillermo Aveledo y 
le propongo una cuarta figura que sea usted quien la menciones y analice.
Henrique Capriles no solo es el líder formal de una alianza de partidos.
También es (sobre todo) el líder afectivo, el referente emocional del
partido opositor. Como Jefe de Campaña de la Alternativa Democrática
en las municipales, le retuvieron en tierra las avionetas donde viajaba,
le bloquearon autopistas y carreteras para que no llegara a su destino,
le decomisaron tarimas para que no tuviera desde donde hablarle al pueblo
 e incluso llegaron al intento de incendio del vehículo donde solía
desplazarse… ¡con él adentro! Aun así, logró el resultado de avance
que hoy la Venezuela democrática puede inventariar.
Aveledo es la ponderación, la sobriedad, la consistencia, la credibilidad.
Maduro es el desespero, la angustiosa lucha de mantenerse en el poder
por el poder mismo, con un horizonte de futuro de horas, días, dispuesto
siempre a sacrificar sectores enteros de la población o de la economía
si eso resulta para él en unos minutos más en el poder. Es difícil ubicar
otra figura interesante de analizar en el ámbito oficialista, ya que
es demasiado plano, demasiado uniforme en su escaso peso social
y su precariedad política. Quizá no para analizar sino para echar
en falta valdría la pena referirse a Alí Rodríguez Araque. Es una gran lástima
para el oficialismo que Alí no tenga diez años menos. Es decir, que no
tengan activo a un político que sepa leer y escribir, que aun teniendo afinidad
con los cubanos tenga con ellos una relación que no sea de subalternidad y
sepa que la política es algo más que hacer negocios.
¿Qué es lo que más sobrevalorado en la política venezolana y, 
por contraste, menos valorado (aún cuando debería tenerse en 
mayor aprecio)?
En la política venezolana esta muy sobrevalorada la “viveza”, el confundir
la histeria con la historia y la creencia de que el desplante, el hablar golpeao
o la gerencia de marketing sustituye el necesario conocimiento del país.
Hay un problema de formación gravísimo. Antes los partidos eran escuelas
de política, de alguna manera escuelas de ciudadanía. Hoy, el PSUV
tiene una visión tan extranjera, tan antinacional de ese proceso, que
los “intelectuales” que lo asesoran son alquilados en España; el
Frente Francisco de Miranda forma sus activistas en Cuba y el proyecto
de una Escuela de Cuadros lo están gestando en alianza con China. 
En la oposición, aunque los problemas son de otra naturaleza, también son severos:
los antiguos partidos, venidos a menos, ya no forman de manera sistemática a sus
cuadros; las organizaciones políticas emergentes, más franquicias que partidos
verdaderos, ven la política más como una carrera en la que hay que tener suerte
y conexiones que un apostolado que exige formación y entrega. Por eso, antes
un político podía corromperse en décadas. Ahora lo hacen en meses.
A partir de lo que usted ha visto desde el Radar de los Barrios, 
¿qué quieren los venezolanos?
Este es un país mucho más homogéneo de lo que cabe suponer desde
las atalayas de la polarización. Chavistas, opositores e independientes
quieren un país que funcione, justo, solidario, inclusivo. Unos y otros
quieren una Venezuela donde los precios no suban por el ascensor mientras
los sueldos se arrastran por las escaleras; donde los hijos tengan
iguales o mayores oportunidades que las que tuvieron sus padres y no al revés;
donde la gente pueda vivir su vida en vez de temer por su vida.
Hace 15 años, cuando usted le preguntaba a una madre en el barrio qué
quería para su hijo, ella declaraba su aspiración de que su hijo
fuera médico, ingeniero o abogado. Ante esa pregunta, una madre en
ese mismo barrio lo más probable es que responda: “Que no me lo maten”.
Desde 1999 hasta el año 2006, buena parte del país creyó que ese país anhelado
era posible siguiendo la prédica de un líder carismático. Ese líder construyó
una fórmula que durante mucho tiempo le funcionó: colonizar el Estado y
ponerlo a su servicio, mientras enviaba a las empobrecidas mayorías un mensaje
que mezclaba la gratificación simbólica con la material, proporción que
variaba según la proximidad de una contienda electoral.
A partir de 2006 esa formula ha venido decayendo, y el oficialismo pasó de
traficante de esperanzas a dispensador de excusas. Tras la desaparición
física de Chávez, el país sigue esperando del oficialismo (ahora sin carisma,
sin dinero y sin unidad de comando) lo que se le ofreció en 1998: Nada más
y nada menos que redención social. Pero ahora en el “balcón del
pueblo” no está quien inspiraba confianza, sino quien genera duda. Chávez
representaba un sueño. Maduro, un pantalla plana…
¿Podría usted hacer un retrato robot del nuevo liderazgo necesario 
en Venezuela?
El nuevo liderazgo venezolano tiene que estar casado con los pobres: la pobreza
en Venezuela no es incidental sino mayoritaria, no es casual sino estructural. Siete
de cada diez venezolanos vive en espacios económicamente deprimidos
y socialmente segregados. Si ese nuevo liderazgo quiere ser democrático,
debe pensar-con, actuar-con y generar resultados-para esa mayoría. Si ese
nuevo liderazgo quiere ser poder y no solamente acceder al gobierno, debe
ser progresista: un proyecto político democrático, para ser exitoso, debe estar
referido al centro político de la sociedad.
Y ese centro no es una categoría geográfica, un supuesto punto equidistante
entre dos extremos. Es una categoría social, política y cultural, es ese espacio
donde la mayoría del país se encuentra y se reconoce. En Venezuela, desde
los años 40 del siglo XX y con mucha mas fuerza desde finales de los 90,
el centro político del país esta asociado a los valores y principios de
la centro izquierda, del “progresismo”, de la justicia social.
Ese nuevo liderazgo debe ser, finalmente, ético (no santurrón). Se trata de que
el líder exprese en su testimonio de vida lo que su discurso propone. Congruencia
de pensar, decir y hacer. Así es, a mi juicio, el nuevo liderazgo que puede vencer
en la presente circunstancia y construir una Venezuela económicamente
productiva, socialmente justa y políticamente democrática.
***
Esta entrevista fue publicada en la Revista Clímax en marzo de 2014, 
y se publica en Prodavinci con autorización de su autora.