LIUZHOU, China (AP) - Cuando los profesores en China necesitan realizar un trabajo escrito de investigación para ganarse un ascenso, muchos recurren a personas como Lu Keqian.
En su computadora portátil, en un dormitorio, el ex profesor escribe trabajos para otros maestros, estudiantes, oficinas de gobierno o cualquiera que esté dispuesto a pagar su tarifa, que suele ser de unos 300 yuanes (45 dólares).
"Opino que escribir un trabajo para que otro lo firme no es algo incorrecto", dijo. "Siempre habrá un momento en que uno necesite la ayuda de otros. Incluso nuestros grandes líderes, Mao Tse Tung y Deng Xiaoping, necesitaron ayuda para escribir".
La redacción de trabajos para otros, el plagio y la realización de investigaciones con resultados falsos son tan comunes en el mundo académico en China que algunos expertos temen que esto pueda obstaculizar los esfuerzos del país por convertirse en un líder mundial en materia científica.
El gobierno comunista considera que la ciencia es crucial para la modernización de China y se contempla que el gasto público en materia científica y tecnológica crezca este año 8%, hasta 24.000 millones de dólares (163.000 millones de yuanes).
Los medios estatales se jactaron hace poco de algunos reportes, según los cuales China publica más documentos en las revistas internacionales de ciencia que cualquier otro país, salvo Estados Unidos. Pero no todas las investigaciones estarían siendo verificada de manera debida.
En diciembre, una publicación británica rechazó 70 documentos de un par de científicos de una universidad china, al señalar que su trabajo era falso.
"El fraude económico, la conducta indebida y las faltas a la ética son muy comunes en China", dijo el profesor Rao Yi, decano de la facultad de biociencias de la Universidad de Peking, en la capital. "Es un gran problema".
Los críticos atribuyen el problema a las sanciones demasiado leves y a un sistema que decide los ascensos y las bonificaciones en las facultades en base a la cantidad de documentos publicados más que a la calidad de los mismos.
El profesor israelí Dan Ben-Canaan conoce a diario nuevos casos de plagio.
Ben-Canaan ha impartido clases durante nueve años en la Universidad de Heilongjiang, en la ciudad nororiental de Harbin. En el 2008, un colega se le acercó para consultarlo sobre un documento que el académico israelí había escrito sobre el secuestro y asesinato de un músico judío en Harbin, en 1933, durante la ocupación japonesa.
"Tuvo el descaro de presentarlo como su documento en una conferencia que yo organicé", dijo Ben-Canaan. "¡Qué desvergüenza!"
En otro caso, el israelí entregó material que había escrito a un investigador de la prestigiosa Academia China de Ciencias Sociales. Tiempo después, relata, le conmocionó recibir un libro del académico que era prácticamente una copia y traducción del material que él le había dado, sin que se le diera crédito alguno.
Las presiones para publicar material han derivado en un auge de los escritores por encargo. Más de 145 millones de dólares (casi 1.000 millones de yuanes) se gastaron el año pasado en documentos académicos en China, un incremento de cinco veces respecto del 2007, mostró un estudio de Shen Yang, profesor de la Universidad de Wuhan.
Una empresa que proporciona ese servicio en Liuzhou, una ciudad industrial en el sur del país, es la de Lu Keqian, el ex profesor. Su Centro Académico Lu Ke ostenta una red de entre 20 y 30 estudiantes y profesores, cuyas especialidades van de la tecnología informática a los asuntos militares.
Lu, de 58 años y miembro del Partido Comunista, atiende a los clientes mediante mensajes instantáneos en internet. En su mayoría, son profesores universitarios que buscan ascensos y estudiantes que solicitan ayuda.
Una vez, diez estudiantes de la misma institución de educación superior le hicieron una petición colectiva para que escribiera sus trabajos de investigación, recordó.
"Hacer todo por cuenta propia, de manera independiente, debería ser algo posible en teoría, pero en la práctica resulta muy difícil y uno siempre puede necesitar ayuda", dijo Lu. "Esta es la forma en que yo lo veo. No sé si es correcto".
Claro que los engaños existen incluso en el negocio de vender trabajos de investigación. Entre los documentos comprados y vendidos en el 2007, más del 70% eran plagios, detectó el estudio de Wuhan.
A comienzos del año pasado, usuarios de internet descubrieron que el subdirector de la Universidad Anhui de Agricultura había plagiado casi 20 documentos. La universidad lo destituyó de su puesto, pero le permitió seguir impartiendo clases.
En junio, el director de una universidad de medicina tradicional en la ciudad de Guangzhou fue acusado de plagiar al menos el 40% de su tesis de doctorado, tomando el contenido de otros documentos.
Y en marzo, el Diario de las Juventudes Chinas, un medio estatal, informó que un documento sobre medicina escrito en 1997 fue copiado repetidamente en la última década. Al menos 25 personas de 16 organizaciones se apropiaron del trabajo y se espera que más médicos sean mencionados, a medida que continúa la investigación por parte de dos estudiantes que utilizaron software para detectar plagios, según el reporte.
Fang Shimin, investigador independiente de fraudes, dijo que él y sus voluntarios descubren un centenar de casos al año y los publican en un sitio web.
"Los más comunes _dijo Fang_ corresponden al plagio y la exageración de logros académicos".
El investigador de la AP Xi Yue contribuyó con este reportaje.
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