lunes, 29 de julio de 2013

HERRAMIENTAS EDUCATIVAS

HILDA LUCCI y la corrección de lo escrito

http://www.hildalucci.com.ar/

Hilda Lucci es una señora argentina dedicada a la corrección de pruebas. Si quieres que tu escrito quede perfecto en gramática y en estilo, entonces puedes pedirle a Hilda que te haga un presupuesto.


Las comidas y las Vajillas

El color de la vajilla ¿afecta el sabor de las comidas?

iStock_000017399301XSmall_xefstockComer es una experiencia multisensorial, que incluye el gusto, el olfato, la vista y el tacto. Sobre este tema, un nuevo estudio reporta cuánto pueden influir esos sentidos en la percepción final del alimento, pues ha encontrado que, por ejemplo, el color de los cubiertos puede afectar el sabor de las comidas. Aquí te contamos más detalles sobre este descubrimiento.
Pedrito no toma la leche si no se la sirven en su vaso preferido, ese con el personaje de su película de cine favorita. Como es un niño, sus padres lo consienten sin preguntar, pues lo importante es que tome el alimento y no el recipiente.
Los adultos, en cambio, no tenemos tanta suerte, pues no es de buenos modales ir a cenar a casa de un amigo y pedirle, por ejemplo, que te cambie la copa o la vajilla. Pero en la intimidad de tu propio hogar, ¿no tienes tus cubiertos favoritos o ese plato que hace que todo te sepa más sabroso?
Pues esto que parece cuestión de manías ahora puede tener aval científico: un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, evaluó la opinión de 100 estudiantes y encontró que tanto el tamaño como el peso, la forma y el color de los cubiertos influyen en el sabor de los alimentos.
El queso, por ejemplo, parece más salado cuando lo comemos con cuchillo en vez de con un tenedor o un palillo, mientras que el yogur es más sabroso cuando usamos una cuchara blanca de plástico. Además, la gente tiende a comer menos cuando se le sirve la comida en platos pequeños y que la comida sabe más dulce cuando la probamos con una cuchara más pequeña, que normalmente asociamos con los postres.
De allí se desprende que la forma en que experimentamos la comida es multisensorial, pues no sólo incluye el gusto sino también la sensación de la comida en nuestra boca (el tacto), el aroma de las comidas (el olfato) y si nos agrada o no la forma y el aspecto de los alimentos (la vista). Entonces, el estudio ha probado que nuestro cerebro emite juicios sobre los alimentos, mucho antes de que nos los llevemos a la boca.
Estos hallazgos, que aparecen publicados en la revista especializada Flavour, apoyan a los de otros estudios previos que tratan de determinar cómo influye la vajilla en la percepción de las comidas y las bebidas. Se cree que pueden ayudar a mejorar nuestra experiencia en los restaurantes y en las personas que están a dieta, así como a fomentar mejores hábitos alimentarios, al hacer que los comensales reduzcan los tamaños de las porciones o la cantidad de sal que le añaden a la comida, por ejemplo.
¿Se te había ocurrido pensar en esto antes? Ahora que sabes esto, la próxima vez que prepares tu comida favorita o tengas invitados a comer en casa, recuerda que no da lo mismo en qué platos les sirvas el menú. Y aunque pidas pizza del restaurant de tu elección, haz tu propio experimento y evalúa la respuesta: ¿cuándo te sabe más sabrosa, cuando la comes en un plato o sencillamente en el cartón en el que viene?
Imagen © iStockphoto.com / xefstock

martes, 23 de julio de 2013

GRAMATICA PARA IGNORANTES






GRAMÁTICA PARA LOS "IGNORANTOS" Y LAS "IGNORANTAS"

Carta de una Profesora con acertadísima y lapidaria frase final

(Escrito por una profesora de un instituto público mexicano)


Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. Tengo 60 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política.

En el jardín de niños (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil" CENDI?, mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".

Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el "Semillitas", no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.

En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias naturales, teníamos Educación Física donde hacíamos gimnasia. Ya en 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b” en vez de “v" o cinco faltas de acentos, te bajaban calificación y bien bajada.

En la Secundaria estudié historia universal, literatura, música, civismo y un idioma extranjero, aparte de matemáticas y ciencias naturales.

En  el Bachillerato,  Historia y literatura universal,  Literatura española, lógica, raíces griegas y latinas, un idioma extranjero e introducción a la  Filosofía, además de matemáticas y ciencias naturales.

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.

 Y… Vamos con la Gramática.

En castellano existe el participio activo como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente".

¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es".

Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que tiene la capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "ente".

Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.

De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”.

Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos, miedo a las feministas o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?
Creo que por las tres razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).

Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto.



Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto,  el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!