viernes, 7 de mayo de 2010

Escribir para que el lector experimente y sienta lo que se dice


Al igual que un fotógrafo, el escritor debe crear una imagen tan viva como pueda para que el lector lo experimente. Una fotografía borrosa y una escritura borrosa no es aceptable. El fotógrafo utiliza el lente correcto y el ajuste correcto para producir la imagen más nítida posible, el escritor utiliza el significado correcto de la palabra y la palabra correcta, para lograr una mayor nitidez en sus escritos. Mediante imágenes es la única manera que la escritura logre apelar a los sentidos. Veamos un ejemplo: la  forma en que el escritor Henry James logra imágenes con el uso correcto de las palabras en la siguiente cita de la pieza:  “Las bostonianas” :

“Ella era una viejita con una cabeza enorme, que fue la primera cosa que notó Albert -  también tenía una protuberante frente, y con un aspecto de ojos cansados, y  un raro balanceo no bien equilibrado en la parte trasera de su cabeza, como si pudiese de repente caer hacia atrás, y que la señorita Lily,  mientras hablaba, lograba movimientos irrelevantes y extraños. Ella tenía una rostro triste y de un pálido suave, como si en algún momento había sido labrado con vagas expresiones ... En su rostro nos mostraba su sonrisa poco tenue. Fue un mero esbozo de sonrisa, una especie de sonrisa por cuota, que parecía decir que ella sonreiría más, si tuviese más tiempo; así, usted podía constatar sin detallar esos aspectos, que ella era una viejita suave y fácil de seducir”.

Podemos ver en ese escrito lo que se describe no son asuntos aislados. Los detalles que describen a la señora Lily es parte de una precisa descripción que los lectores pueden captar e incluso entender. El escritor utiliza una herramienta valiosa al utilizar las palabras justas que necesita para hacer sentir al lector la personalidad de la viejita. Se utilizan imágenes para describir acciones. El escritor no necesita decirnos que la viejita con su aspecto raro es sin embargo suave y que puede seducirle. El lector puede darse cuenta de eso por si mismo. En otras palabras, el escritor “demuestra” con sus imágenes la personalidad de la señora, sin necesidad de recurrir a otras formas descriptivas.

“Jim se balancea hacia delante y hacia atrás, para luego aspirar por un momento su cigarrillo. El hace una pausa y vuelve de nuevo con el mismo ritual de aspirar su necesaria nicotina”

El escritor no nos dice que Jim está nervioso. El lector por si mismo percibe ese comportamiento. El escritor crea con palabras unas impresiones, que el lector experimenta.

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